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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Hambre.

Quiero comerte, ligera saciarme de tus formas, completa estremecerte con mis manos, serena lamerte con mis yemas, tan tersa suprimirme en tus orificios, húmeda saberme extinto en tu Todo, Nada ser un abismo de luz, oscura ser tu torrente de agua, clara y en el éxtasis de nuestros flujos, caliente seas en un grito,  libre. @esuegastellum

La cámara.

Es un lugar sombrío y frío, rodeado de maleza y humedad. Al parecer la luz no se atreve ni a mirar. Hay gente formada para entrar a través de la gruesa puerta de metal que encierra la pequeña cámara de cambio.  Están asustados, preocupados, afligidos y dolientes. ¿Qué hacemos aquí? ¿A qué hemos venido? Se preguntan entre ellos. Han perdido la noción del tiempo y la consciencia.  ¡Tontos! ¡Somos unos tontos!  Se gritan unos a otros.  Algunos quieren salir; regresar por donde entraron, pero es demasiado tarde. No hay vuelta atrás. Aquel que entra a ese lugar, no puede siquiera mirar atrás.  Es larga la fila que espera a entrar a la cámara, mientras una linea muy corta es la que sale por su costado.  Es extraño. La poca gente que sale de la cámara muestra una sonrisa en los labios, una satisfacción abrumadora. Algunos lloran de alegría, otro simplemente callan y gozan.  ¿Qué pasa ahí dentro que todos salen colmados de emotividad?  Se hablan entre dient