Caminaba tras de ella, y ella jamás volteó a mirarme… Iba sumida en sus pensamientos, tal vez pensando en su madre que acababa de fallecer. La seguí por un largo tramo, hasta que la vi entrar a su casa. No me despedí, ¿para qué? Iba a volver a verla… Sabía que iba a visitarme al día siguiente. Yo estaría esperándola en el umbral… No quería irme sin verla sonreír, al menos, un poco. En sus labios carga con un recuerdo que me acompañará a la luz. Esu Emmanuel G.
Aquí es dónde yace el pensamiento de lo creado o, simplemente, imaginado.