Emergió del mar una noche de tormenta, como tritón enardecido se soltó de las cadenas y elevo la mirada al cielo dejando a su rostro llorar. En su oscura mirada, la luna hizo su cuna. En sus labios trémulos, el agua creo ríos de espuma... En sus manos cargaba el vacío de su alma. Agacho la mirada para prenderla de sus manos... Emitió un gemido... ¿Qué era lo que había olvidado? ¿Qué fue lo que había perdido? Con desespero agrio, hundió sus manos en el agua tratando de encontrar "eso" que no recordaba... Pero, que dolía... Dolía tanto que... ardía. En alaridos de angustia, volvió la mirada al cielo abrumado de nubes densas que lloraban ante su triste presencia... Suplicaba por una respuesta... Anhelaba una pista... ¿Por qué sus manos ardían? ¿Por qué su cuerpo dolía? El viento, ráfaga mezquina, le dio un par de puñetazos haciéndolo caer... Y él, simplemente, no entendía por qué... Desnudo, atravesó y salió del mar... Se recostó en la arena para llor
Aquí es dónde yace el pensamiento de lo creado o, simplemente, imaginado.