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Lluvia.

Te veo... 
De pie ante la ventana...
Contemplas el llanto del cielo 
mientras mis dedos viajan a través de tu contorno.

¿Cómo estás? ¿Eres feliz?

Sábete endulzada en mis manos...
Glorificada en mi piel...
Santificada en mis labios...
Amada en mi corazón.

Me ves de pie...
Bajo las plateadas gotas de lluvia que caen del gris firmamento...
Y te sonrío al contemplarme...
Y te beso al llamarme.

¿No te has percatado que,
con las lágrimas de mi cielo,
se forman las yemas de mis dedos
y te acaricio en el quedo sonido del agua contra el suelo?

Piérdete en el agua clara que cae,
así te entregarás a la humedad de mis besos
con los que te demuestro lo tanto que te quiero.

Y, embriagado en la humedad de tu roce,
mi totalidad se expande, explotando en mil colores...
Todos se incrustan en tus labios,
formando así, el más bello arcoiris de amor.

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