A mi mente llego una reflexión después de ver esta imagen. No lo pensé dos veces y me decidí por tomar una fotografía con mi celular.
¿Qué ven aquí? ¿El fin de la Navidad o el principio de la inconciencia?
Yo veo lo segundo.
Me parece algo aberrante ver este tipo de espectaculo en las calles; pequeños pinos tirados en las avenidas, en los camellones, en las vías rapídas, en pequeños callejones. ¿Hasta aquí llego la dichosa Navidad? ¿Así termina un adorno que se siembra, se cosecha y se arranca de la tierra?
¡Que tristeza!
Si, es una pena que estos arbolitos sean arrancados solo para maquillar una fecha que, al finalizar, no da para otra cosa que desecharlos. Pero, ¿acaso no podemos darles otro fin? Ya no hablo de no tirarlos sino de convertirlos en leña o algo parecido. No sé en los demás países como se maneje este tipo de desecho, sin embargo aquí en México no se le da un termino positivo. Todo va a parar a la basura. Es un ciclo que se repite cada año. Al principio de diciembre, ves a la gente muy contenta comprando este tipo de arreglo, los ves llevandolos sobre sus automoviles como si fuese algo que fuera a durar toda la vida. Pero, ¿qué hay cuando todo eso termina?
Creo que, antes de comprar un adorno natural, se debe pensar en lo que se hará con él cuando ya no se necesite. Tal vez sea bueno ahorrarse unos pesos comprando uno artificial que durará por mucho tiempo.
En fin, es una opinión.
Claudia V. Ramírez
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