Atento entre los despreocupados,
despierto mientras otros duermen,
veloz como una carrera hípica, deja a sus competidores atràs.
El sueño tiene que ser roto; y cuando el sueño se rompe, no hay nadie despie rto; sólo hay allí despertar. No hay nadie iluminado, solo hay iluminación. Una persona iluminada no puede decir "Yo"; incluso si tiene que utilizar la palabra es solo algo verbal, hay que utilizarla por culpa de la sociedad. Es solo una regla del idioma. de otra manera él no tiene un sentido del "Yo".
El mundo de los objetos desaparece, y entonces, ¿qué sucede? Cuando el mundo de los objetos desaparece, tu apego a las cosas desaparece, tu obsesiòn por las cosas desaparece. No es que las cosas desaparezcan ellas mismas; por el contrario, las cosas por primera vez aparecen tal como son. Entonces no estás aferrándote, obsesionado; entonces no estás coloreando la realidad con tus propios deseos, con tus propias esperanzas y frustraciones. Entonces el mundo no es una pantalla en donde proyectar tus deseos. Cuando dejas caer tus deseos, el mundo sigue allì, pero es un mundo totalmente nuevo. ¡Es tan fresco, està tan lleno de color, es tan bello! Pero una mente apegada a los objetos no puede ver porque sus ojos están cegados por el apego.
Cuando la mente desaparece, cuando los pensamientos desaparecen, surge un mundo totalmente nuevo. No es que te conviertas en un despreocupado; al contrario, te vuelves más atento. Buda utiliza el término "correcta atención". Haces cosas, te mueves, trabajas, comes, duermes pero siempre están atento. La mente ya no está ahí, pero si la atención. ¿Qué es la atención? Es conciencia. Es conciencia perfecta. Esta es la diferencia entre un buda y los demás. Los otros solo están soñando, no viviendo realmente; esperando vivir algún día, preparándose para vivir, pero no viviendo. Pero ese día nunca llega; antes llega la muerte.
Un buda permanece despierto. Aun cuando duerme no sueña. Cuando los deseos desaparecen, los sueños también lo hacen. Los sueños son deseos trasladados al lenguaje de los sueños. El buda duerme totalmente alerta, la llama continúa ardiendo en su interior. El cuerpo necesita descanso, por eso duerme, pero él no lo necesita; su energía es inagotable.
Allí, en el centro de su ser, sigue ardiendo una pequeña llama. Toda la periferia está profundamente dormida, pero la llama está alerta, despierta. Nosotros estamos dormidos a pesar de estar despiertos; él está despierto aun cuando duerme.
El Dhammapada de Gautama El Buda. c. 500 a. de C.
Comentarios
Publicar un comentario