El proceso espiritual puede ser comparado con la conversión de leche en manteca. El cuerpo es como una casa. El corazón es el recipiente en el que la leche de la conciencia es hervida sobre la hornalla de la devoción. El recipiente es cubierto con la tapa de sraddha (el ahínco). Cuando el fuego de Viveka (el discernimiento) es encendido, la crema de la comprensión sube desde la leche hirviente. Para evitar que el gato de Maya alcance la leche, la puerta tiene que ser cerrada con la tranca de Sujnana (la sabiduría). Después de que la leche ha sido enfriada por Shanti (la tranquilidad) y se le ha agregado el suero de leche del Nombre Divino, se forma la cuajada de la Gracia Divina. Cuando esta cuajada es batida con la varilla del conocimiento y el cordel del amor, el suero de la ignorancia es separado y emerge la manteca de la Realidad del Atma (el Jiva). Este Ser realizado es el que alcanza la unidad con lo Divino.
Hoy el hombre no logra reconocer su verdadera naturaleza. Adora a ciertos hombres, pero no toma conciencia de la condición humana en ellos. Adora a los avatares como Rama y Krishna, pero no es consciente de los ideales paradigmáticos que ellos han ofrecido a la humanidad. Como no logra reconocer el carácter ejemplar de los avatares, el hombre es asaltado por todo tipo de dudas. Todos deberían tratar de comprender los ideales más elevados representados por los avatares. El hombre debe considerar hasta qué punto ha vivido de acuerdo con esos ideales. La verdadera adoración consiste en practicar los ideales en la máxima medida posible. En vez de ofrecer adoración de este modo, el hombre se está degradando a sí mismo recurriendo a rituales mundanos. Él puede purificarse a sí mismo y elevar el nivel de su conciencia mediante el constante control de los pensamientos y los deseos. En la medida que el hombre reduzca sus deseos, su ichcha sakti (poder de voluntad) aumentará. Hoy el hombre ha perdido su poder de voluntad debido al aumento insaciable de los deseos. En el proceso, ha debilitado su intelecto, su memoria, su capacidad de discernimiento, su inteligencia y sus facultades de habla y pensamiento.
Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
Extraído del D.D. del 23 - 02 - 90
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