Ver tantas realidades peleadas con las mías me terminó de matar las pocas ganas que tuve de sobresalir. No tengo ni quiero el éxito, sólo pretendí no estar sola, quitarme esa idea de insolación que tengo, pero se agudizó más con todo lo que encontré en el camino.
Hoy sólo quiero callar frente a mis hojas... No tengo nada qué hacer fuera de ellas.
Quizás vuelva. Quizás no. En el entretanto, callaré.
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