¡Libérate de los que hablan detrás de tus espaldas!
¡Libérate de los que maman de tu savia mientras vierten veneno en tu flor!
¡Libérate de los que se hacen pasar por mariposas y no son más que murciélagos asesinos!
¡Libérate de los que te juran amor, y a la primer oportunidad te traicionan!
¡Libérate de los que, con llanto amargo, tratan de llamar tu atención!
¡Libérate de los que, con palabras de desconsuelo, atraen tu confianza!
¡Libérate de los que, con rostro demacrado, te juran haber encontrado, en ti, la luz!
¡Libérate de los que, con uñas y dientes, se clavan en tu piel, haciéndote esclavo de su pesadez!
¡Libérate de los que, con amenazas y blasfemias, se abrazan a tu corazón, haciéndote ceder!
¡Libérate, libérate, libérate!
¡No seas más su paño de lágrimas!
¡No seas más su brazo tibio ni su suave cama!
¡No seas más su corcel bravío, ni su alma brava!
¡No seas más participe de su veneno!
¡No seas más lágrima en sus ojos de reptil!
¡Libérate, libérate, libérate!
Claudia V. Ramírez
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